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lunes, 3 de octubre de 2011

EL INFIERNO, PREPARADO PARA SATANÁS Y SUS ÁNGELES.


Como el destino del hombre sin Dios está ligado estrechamente con el destino eterno de Satanás y sus espíritus malignos, y a causa de que hemos estado abordando el tema del INFIERNO desde el punto de vista del destino del hombre impío, es necesario que pongamos de relieve lo que la Biblia enseña en relación al destino de Satanás y los espíritus malignos.


Jesucristo declara: “Apartaos de mi, malditos, al fuego eterno PREPARADO PARA EL DIABLO Y SUS ÁNGELES” (Mateo 25:41). El infierno fue preparado para castigo eterno de Satanás y sus demonios, nunca para el hombre. Es este, y por su propia voluntad, el que escoge seguir el camino del Diablo, cuyo fin es el infierno. Aprovecha ahora, todavía hay tiempo.

Estas langostas simbolizan legiones de demonios que serán soltados durante el tiempo de LA GRAN TRIBULACIÓN, comandadas por Satanás para dañar a los hombres durante ese tiempo (v. 11). Si leemos en 1 Pedro 2:4, encontramos: “Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, arrojándolos al infierno (gr. Tártaros) los entregó aprisiones de oscuridad para ser reservados para el juicio...”

Estos versículos nos enseñan que el ABISMO es la habitación actual y temporal de una gran cantidad de seres espirituales malignos, hasta que llegue el momento en que Dios los juzgue y sean “lanzados al lago de fuego”, lugar definitivo donde irán a parar por los siglos sin fin.

Antes que Satán sea lanzado definitivamente al lago de fuego, la Biblia enseña que será encerrado en el ABISMO durante un lapso de mil años, en que quedarán nulas las influencias demoníacas sobre la tierra, y Cristo ha de reinar sobre el mundo. (Apoc. 20:4b).

Según la enseñanza de la Palabra de Dios, hay otra multitud de espíritus malos sueltos en el mundo que se mueven en “las regiones celestes” y que ejercen una influencia malévola sobre las naciones, sobre las familias y sobre el hombre. Pablo dice: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes de maldad en las regiones celestes” . (Efesios 6:2).

Estos demonios que no se encuentran confinados en el abismo, primeramente están conscientes del estado de tormento que reina en ese lugar llamado ABISMO. “Y clamaron, diciendo: ¿qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios, has venido acá para ATORMENTARNOS ANTES DE TIEMPO? (Mateo 8:29). En segundo lugar, reconociendo ellos la autoridad que tenían Jesús para enviarlos a ese lugar, y sabiendo que ese iba a ser su destino “le rogaban que no los mandase al ABISMO” (Luc. 8:31). Los espíritus malos están conscientes de la naturaleza extremadamente sufriente de ese lugar, por eso le temen.

En el Antiguo Testamento, había conciencia también de la existencia de ese lugar: “Más tú, derribado eres hasta el SHEOL, A LOS LADOS DEL ABISMO” (Isa. 14:15. Véase también Ezeq. 26:19; Habacuc 3:10; Salmo 71:20; 77:16). No obstante, la verdadera naturaleza de este sitio no fue revelada sino hasta que el Nuevo Testamento fue escrito.

Concluimos, entonces, diciendo que, tanto los demonios como los ángeles caídos que están en la actualidad en el ABISMO, como aquellos que en estos momentos circundan los lugares celestiales, junto con Satanás, todos ellos, “serán lanzados en el lago de fuego y azufre, y serán ATORMENTADOS DIA Y NOCHE POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS”. Allí también estarán la “bestia y el falso profeta”, y todos los inicuos que rechazaron a Jesucristo y que quisieron echar su suerte con su dios para experimentar por toda la eternidad el “gozo” de la más horripilante comunión abrazados por las mas tormentosas llamas del fuego que NUNCA SE APAGARÁ (Apoc. 20:19-20).

Pero ese será también el día maravilloso, glorioso y esplendoroso cuando el mundo, el mundo nuevo prometido en Apocalipsis 22, libre de la influencia del diablo, los demonios y todos sus seguidores, experimentará la mas perfecta paz y armonía, porque en él solo morará un pueblo redimido por la sangre de Cristo, para vivir por los siglos de los siglos en la más perfecta y dulce comunión con “DIOS EL PADRE CELESTIAL, CON JESUCRISTO NUSTRO SALVADOR Y CON EL ETERNAL CONSOLADOR, PARA JUNTOS, TODOS ADORAR”.
¿No quisieras echar tu suerte con Jesucristo y su pueblo?

Él te invita y te dice: "Yo soy la puerta el que por mí entrare será salvo” (Juan 10:9).

En relación con el diablo y los espíritus malos, la Biblia nos enseña que hay un lugar especial preparado para ellos, el cual es parte del infierno. Este lugar se denomina el ABISMO. En Apocalipsis 9:1-11, se nos revela un cuadro espeluznante en relación con este lugar y sus moradores. Dice: “El quinto ángel tocó la trompeta y vi una estrella que cayó del cielo a la que se le dio la llave del POZO DEL ABISMO, y subió humo del pozo como humo de un gran horno, y se oscureció el sol y el aire por el homo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra, y se les dio poder...Y tenían por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y el griego Apolión”.


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