Archivo del blog

sábado, 13 de abril de 2013

AA. INTRODUCCIÓN


El Diablo, en su afán inmisericorde por mantener al hombre en su ignorancia en relación con su destino final, ha tratado por todos los medios de tergiversar y negar las verdades que la Biblia enseña como doctrinas fundamentales de la fe cristiana.

 Su propósito es que el hombre no entienda ni conozca qué actitud debe tomar en relación con los planes y la voluntad de Dios para él, ni que pueda tomar una decisión definitiva, que implique una liberación completa del pecado, la salvación de su alma y la evasión de la condenación segura para los que rechazan a Dios. Esto ocurre con el tema: EL INFIERNO.

 Para poder tratar el tema del INFIERNO, en primer término tenemos que despejar toda la nebulosa que ha tratado de envolver estas palabra para hacerla incomprensible, y esto nos ayudará a entenderla rectamente cuando la usemos en este estudio.

 La palabra INFIERNO es una palabra de la voz latina “infernum” (inferior, por extensión, lugar profundo), y fue utilizada por los traductores de nuestras versiones españolas de la Biblia por su significado generalizado, tanto en los clásicos como en la literatura española para significar el lugar y destino de Satanás y sus ángeles como la de aquellos que, echando su suerte con ellos, quieren voluntariamente acarrear el mismo destino.

 Con esto queremos decir que, aunque la palabra “infierno” no se encuentra en los originales (ya que es una palabra latina), su significado y lo que ella representa sí se encuentra enseñado claramente en la Biblia, de tal forma que, los traductores, no teniendo en el idioma castellano otra palabra más adecuada utilizaron “infierno” por ser la más propia para representar el “lugar de tormento eterno” que enseña la Palabra de Dios.

 Si usted toma en sus manos cualquier diccionario del idioma castellano, se dará cuenta que todos concuerdan con el significado de esta palabra, significado que está de acuerdo con el uso que de le da en la literatura clásica latina.

 Para tomar un ejemplo, el diccionario Larousse Ilustrado define esta palabra de la siguiente forma: Infierno. m. (del latín “infernum”, de infer, inferior) Lugar destinado para el suplicio de los réprobos.

La Real Acasemia de la Lengua Española define “Infierno” como: Infierno.-  (Del lat. infernum).  Lugar donde los condenados sufren, después de la muerte, castigo eterno. U. t. en pl. con el mismo significado.

 La palabra “infierno” ha sido mal aplicada cuando ha sido tomada como traducción de los originales en los diferentes pasajes bíblicos donde se habla de la condenación de aquellos que pasan a la eternidad sin Dios y sin esperanzas. Esto ha contribuido a llevar al error doctrinal a aquellos que no creen que la Biblia contiene enseñanzas relativas a un lugar de condenación eterna, donde irán a parar los inicuos después de su muerte física. Tengamos en mente, pues, que cuando usamos la palabra “infierno” nos referimos, al igual que toda la literatura española, al lugar de tormento destinado para aquellos que han rechazado el plan de Dios para sus vidas.

 Las palabras “sepulcro”, “sepultura” y otras, son la traducción equivocada de dos palabras: una del idioma hebreo denominada SHEOL y de otra del idioma griego denominada HADES. Ahora, la palabra HADES es la traducción griega exacta y equivalente de la palabra hebrea SHEOL, puesto que, tanto los hebreos como los griegos tenían un concepto bastante similar al destino del hombre después de la muerte. Quiero decir con esto, que estas dos palabras se refieren a un lugar común.

 
“La palabra SHEOL viene de una raíz hebrea que significa DEMANDA. SHEOL está utilizada 75 veces en el A. T. Y de las cuales, en 39 ocasiones se ha traducido en la Versión Reina-Valera como SEPULCRO o SEPULTURA; 20 veces se ha traducido INFIERNO; en 3 ocasiones se ha traducido con la palabra PROFUNDO; y una vez se ha traducido como OSARIO” (Diccionario Bíblico).

 Otras versiones varían su traducción, pero todos los eruditos que han tratado de buscar una palabra equivalente a SHEOL en su idioma, incluyendo el castellano, HAN FRACASADO EN SU INTENTO ya que en otros idiomas no hay un vocablo aparente y acertado para designar el lugar al cual los hebreos le llamaban SHEOL. El querer hacerlo, no solo ha implicado una traducción errónea sino también una mala interpretación de los pasajes de la Biblia donde se encuentra utilizada esta palabra. Toda esta situación ha ocasionado creencias heréticas en relación a este lugar.

 La variedad de palabras elegidas para designar al SHEOL muestran el desacuerdo expreso de los traductores, por lo cual nos es imposible y contraproducente, si es que queremos descubrir la verdad, apelar a idiomas ajenos al hebreo para buscarle el significado a una palabra que no es particular de nuestro idioma.

 Para poder “trazar bien la Palabra de Verdad”, vamos a asentar bases firmes y lógicas que nos ayuden a comprender el vocablo en cuestión, al igual que su homónimo HADES cuando la estudiemos. Para esto expondremos las siguientes declaraciones, que nos ayudarán en el desarrollo de este estudio:

 1o. Que para encontrar el significado correcto a una palabra, cualquiera que sea, es necesario indagar dentro de su idioma de origen para cerciorarnos de su verdadero significado.

 2o. Que es necesario acudir a la literatura de ese idioma (poética, religiosa, clásica, vulgar) para conocer el sentido o sentidos que le daban en sus diferentes usos.

 3o. Que, en el caso de estas palabras SHEOL-HADES, por estar ellas utilizadas en la Biblia, es necesario estudiar las fuentes de referencias en el original hebreo y griego para descubrir en que sentido utilizaban estas palabras los escritores bíblicos y conocer el concepto que ellos tenían sobre ese lugar.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario