El
Diablo, en su afán inmisericorde por mantener al hombre en su ignorancia en
relación con su destino final, ha tratado por todos los medios de tergiversar y
negar las verdades que la
Biblia enseña como doctrinas fundamentales de la fe
cristiana.
Su
propósito es que el hombre no entienda ni conozca qué actitud debe tomar en
relación con los planes y la voluntad de Dios para él, ni que pueda tomar una
decisión definitiva, que implique una liberación completa del pecado, la
salvación de su alma y la evasión de la condenación segura para los que
rechazan a Dios. Esto ocurre con el tema: EL INFIERNO.
Para
poder tratar el tema del INFIERNO, en primer término tenemos que despejar toda
la nebulosa que ha tratado de envolver estas palabra para hacerla incomprensible,
y esto nos ayudará a entenderla rectamente cuando la usemos en este estudio.
La
palabra INFIERNO es una palabra de la voz latina “infernum” (inferior, por
extensión, lugar profundo), y fue utilizada por los traductores de nuestras
versiones españolas de la
Biblia por su significado generalizado, tanto en los clásicos
como en la literatura española para significar el lugar y destino de Satanás y
sus ángeles como la de aquellos que, echando su suerte con ellos, quieren
voluntariamente acarrear el mismo destino.
Con
esto queremos decir que, aunque la palabra “infierno” no se encuentra en los
originales (ya que es una palabra latina), su significado y lo que ella
representa sí se encuentra enseñado claramente en la Biblia , de tal forma que,
los traductores, no teniendo en el idioma castellano otra palabra más adecuada
utilizaron “infierno” por ser la más propia para representar el “lugar de
tormento eterno” que enseña la
Palabra de Dios.
Si
usted toma en sus manos cualquier diccionario del idioma castellano, se dará
cuenta que todos concuerdan con el significado de esta palabra, significado que
está de acuerdo con el uso que de le da en la literatura clásica latina.
Para
tomar un ejemplo, el diccionario Larousse Ilustrado define esta palabra de la
siguiente forma: Infierno. m. (del latín “infernum”, de infer, inferior) Lugar
destinado para el suplicio de los réprobos.
La
palabra “infierno” ha sido mal aplicada cuando ha sido tomada como traducción
de los originales en los diferentes pasajes bíblicos donde se habla de la
condenación de aquellos que pasan a la eternidad sin Dios y sin esperanzas.
Esto ha contribuido a llevar al error doctrinal a aquellos que no creen que la Biblia contiene enseñanzas
relativas a un lugar de condenación eterna, donde irán a parar los inicuos
después de su muerte física. Tengamos en mente, pues, que cuando usamos la
palabra “infierno” nos referimos, al igual que toda la literatura española, al
lugar de tormento destinado para aquellos que han rechazado el plan de Dios
para sus vidas.
Las
palabras “sepulcro”, “sepultura” y otras, son la traducción equivocada de dos
palabras: una del idioma hebreo denominada SHEOL y de otra del idioma griego
denominada HADES. Ahora, la palabra HADES es la traducción griega exacta y
equivalente de la palabra hebrea SHEOL, puesto que, tanto los hebreos como los
griegos tenían un concepto bastante similar al destino del hombre después de la
muerte. Quiero decir con esto, que estas dos palabras se refieren a un lugar
común.
“La
palabra SHEOL viene de una raíz hebrea que significa DEMANDA. SHEOL está
utilizada 75 veces en el A. T. Y de las cuales, en 39 ocasiones se ha traducido
en la Versión
Reina-Valera como SEPULCRO o SEPULTURA; 20 veces se ha
traducido INFIERNO; en 3 ocasiones se ha traducido con la palabra PROFUNDO; y
una vez se ha traducido como OSARIO” (Diccionario Bíblico).
Otras
versiones varían su traducción, pero todos los eruditos que han tratado de
buscar una palabra equivalente a SHEOL en su idioma, incluyendo el castellano,
HAN FRACASADO EN SU INTENTO ya que en otros idiomas no hay un vocablo aparente
y acertado para designar el lugar al cual los hebreos le llamaban SHEOL. El
querer hacerlo, no solo ha implicado una traducción errónea sino también una
mala interpretación de los pasajes de la Biblia donde se encuentra utilizada esta palabra.
Toda esta situación ha ocasionado creencias heréticas en relación a este lugar.
La
variedad de palabras elegidas para designar al SHEOL muestran el desacuerdo
expreso de los traductores, por lo cual nos es imposible y contraproducente, si
es que queremos descubrir la verdad, apelar a idiomas ajenos al hebreo para
buscarle el significado a una palabra que no es particular de nuestro idioma.
Para
poder “trazar bien la Palabra
de Verdad”, vamos a asentar bases firmes y lógicas que nos ayuden a comprender
el vocablo en cuestión, al igual que su homónimo HADES cuando la estudiemos.
Para esto expondremos las siguientes declaraciones, que nos ayudarán en el
desarrollo de este estudio:
1o.
Que para encontrar el significado correcto a una palabra, cualquiera que sea,
es necesario indagar dentro de su idioma de origen para cerciorarnos de su
verdadero significado.
2o.
Que es necesario acudir a la literatura de ese idioma (poética, religiosa,
clásica, vulgar) para conocer el sentido o sentidos que le daban en sus
diferentes usos.
3o.
Que, en el caso de estas palabras SHEOL-HADES, por estar ellas utilizadas en la Biblia , es necesario
estudiar las fuentes de referencias en el original hebreo y griego para
descubrir en que sentido utilizaban estas palabras los escritores bíblicos y
conocer el concepto que ellos tenían sobre ese lugar.
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